Entrevista a Luis Truchado.
Originalmente publicado en Correo Farmacéutico.
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Luis Truchado (Madrid, 1959) estudió Farmacia en la Universidad Complutense de Madrid y compartió banco y apuntes con Carmen Peña, presidenta del Consejo General de COF. Cuenta que las aulas en las que asistía a clase estaban tan abarrotadas que algunos alumnos tenían que sentarse en las escaleras.
Los compañeros de estudios con una trayectoria profesional similar a la suya son pocos, muy pocos. En 1992, Truchado fundó EuroGalenus Executive Search, una de las empresas que trabajan en el campo de la búsqueda de altos directivos y que también se conocen como cazatalentos o headhunters. “Soy el único farmacéutico en Recursos Humanos”, asegura.
Pregunta.- Botica, industria y Administración. ¿Son las únicas
salidas para un farmacéutico?
respuesta.-Para mí, es una carrera muy polivalente. Los farmacéuticos valen
para todo y son muy buenos, por ejemplo, como inspectores de sanidad, en los
campos del análisis de aguas y de la nutrición…
P.- En la industria, ¿debería haber más médicos o más farmacéuticos?
r.- Son distintos. El farmacéutico tiene algo muy bueno para la industria que
se le enseña en la carrera: a apuntar datos y a ofrecer recomendaciones y
alternativas. Los médicos, sin embargo, dan órdenes
P.- ¿Es uno de los consejos que da a sus clientes?
r.- Sí. Pero también les digo que, para muchos puestos, no es necesario que el
candidato o la candidata sepa mucho de algo técnico. Lo que se necesita es
tener una visión global de la empresa y de su entorno. Hay que saber por dónde
van los tiros. Por decirlo de otra manera, se puede dirigir una compañía
farmacéutica sin saber de medicamentos. Hay que saber motivar e inspirar a todo
el equipo, y convencerle de que uno sabe a dónde va y de que donde se les lleva
es un buen sitio para ellos.
P.- ¿Qué hay de la endogamia, la costumbre de fichar sólo a
ejecutivos de otros laboratorios, que se dice que reina entre la alta dirección?
r.- Es absolutamente cierta. Y, probablemente, no sea deseable. Ojo, eso
tampoco quiere decir que sea indeseable. Hay un gran pero en todo este asunto
de la endogamia.
P.- ¿Cuál es?
r.- Las tareas regulatorias en este sector y las limitaciones a lo que se puede hacer son enormes. Si le tienes que explicar todas las cosas que no se pueden hacer a una persona que venga de otro sector pierdes mucho tiempo.
P.- Pero habrá excepciones…
r.- Claro que sí. Por ejemplo, hay gente de la industria farmacéutica que se ha ido a otros sectores que también están muy regulados, como el de las
telecomunicaciones.
P.- ¿Y viceversa? ¿Hay casos que justifiquen la pérdida
de tiempo en formar a alguien nuevo en el sector?
r.- Hay áreas que están menos reguladas, como la de business development.
Pero el ejemplo clásico son los OTC, que tienen una vertiente muy clara de
consumo, aunque, por supuesto, siga sin poder decirse cualquier cosa sobre el
producto. Yo soy defensor de que se atraiga a gente que no sea del sector, que
pueda aportar cosas nuevas. Es, como se suele decir, traer aire fresco.
P.- Entonces, ¿es usted contrario a esa costumbre endogámica del
sector?
r.- Creo que sería deseable que no se diera tanta endogamia, pero hay que vivir
con ella.
P.- Respecto a las cosas que la industria dice sobre el producto,
parece que avanza en poder informar a los pacientes sobre fármacos de
prescripción…
r.- Nos enfrentamos a un mundo completamente distinto al de hace 20 años.
Antes, la gente iba al médico y éste era la autoridad máxima. Si decía al
paciente que se tomara ciertas pastillas, éste decía: “sí, señor doctor”. Y se
iba. Ahora estamos todos mucho más informados. Y no sólo las generaciones
jóvenes, porque cualquier nieto puede buscar en internet información sobre los
fármacos que están tomando sus abuelos. El paciente está más informado y puede
asimilar más información, es pura madurez.
P.- Entonces, ¿deben recibir los pacientes más información sobre los
fármacos?
r.- Sí, pero, como farmacéutico, creo que debe haber un profesional sanitario
en medio. El paciente puede saber mucho de un fármaco, pero siempre debe tener
a un médico o a un farmacéutico para hablar de él. El usuario tiene una
responsabilidad final en el uso de fármacos.
P.- ¿Un paciente más informado usa mejor los medicamentos?
r.- Siempre hay alguien que toma algo indiscriminadamente sólo porque lo tomó
un vecino. El hecho de que se valore más el consejo de personas cercanas al de
un profesional sanitario es algo muy español. De todas formas, creo que es una
buena tendencia que el paciente esté informado y pueda pedir cosas. Es absurdo
molestar al sistema sanitario inncesariamente por una fiebrecilla.
P.- Todo esto está muy relacionado con internet.
r.- En la red, los pacientes no sólo tienen acceso a la información oficial,
también a la oficiosa…
P.- Farmaindustria, la patronal de los laboratorios innovadores,
argumenta que están capacitados para informar sobre los fármacos, ya que son
ellos los que los investigan, desarrollan y fabrican.
r.- Es una gran paradoja en la comunicación 2.0. Imaginemos el caso de un
fármaco indicado para la esclerosis múltiple. El laboratorio que lo
comercializa no puede poner nada de él. Pero cualquiera puede relatar cómo le
ha sentado, por ejemplo, a su primo. Cualquier médico o farmacéutico
consideraría eso irrelevante. Si no tiene importancia estadística, ni se le
presta atención. Pero es lo que se encuentra la gente navegando por internet.
P.- Cambiando de tercio, ¿cuál es el error que cometen con más
frecuencia los candidatos con los que trabaja en EuroGalenus?
r.- Se da un error bastante generalizado: en este sector se han vivido una
serie de años de crecimiento, de expansión y de abundacia de buenas
oportunidades profesionales. Eso ha malacostumbrado a muchos profesionales.
P.- ¿En qué sentido?
r.- La de que uno siempre ganará más dinero había llegado a ser una creencia
adquirida, como la de que los pisos nunca bajan. Y ha llegado un momento en el
que ha dejado de ocurrir.
P.- Pero, ¿ocurrirá más en unas empresas que en otras?
r.- Ésa es la pregunta del millón, saber a qué empresas les irá bien y a cuáles mal. En mi opinión, hay que mirar el pipeline. Si un laboratorio tiene productos innovadores, le irá bien, contratará y subirá el sueldo a su gente. Si no tienen pipeline y les vencen las patentes, pasará al contrario.
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